¿Y DESPUES DE LA CARCEL QUE?
La primera pregunta sería: ¿Desde la óptica de la justicia qué requisitos debe reunir un recluso para hacerse acreedor a la reinserción?
La respuesta sería muy clara: ninguno.
La Constitución y las leyes le hacen acreedor a tener la oportunidad de insertarse a través de un tratamiento que ponga el acento en descubrir y remediar en la medida de lo posible sus principales carencias relacionadas con el delito. Que pueden ser afectivas, que pueden ser culturales, que puede ser un problema de adicción a las drogas, que pueden ser machismo, que puede ser muchísimas, pero por el mero cumplimiento de la pena posee el derecho a la reinserción.
Debemos, poner en positivo su actitud pues él (el recluso) tiene que participar y hay que fomentar en el la vocación de desarrollar una actitud de respeto a sí mismo y de responsabilidad individual y social condiciones sine qua non para alcanzar la autonomía social.
Lo que necesita todo preso es lo que necesitamos todos los seres humanos, que es ir integrando las diferentes piezas de su puzzle vital.
Ir entendiendo el porqué de muchas cuestiones, legales en muchos casos, ir aprendiendo también a pensar si es que no lo ha hecho antes.
Ir encontrando un sentido al día a día y dotarse cada vez más de herramientas para para ese futuro que le corresponde.
Desde el primer día que llegan a un Centro Penitenciario se están construyendo ese futuro a la libertad, no desaparecen, no están muertos, todo lo contrario están presos pero están vivos y tienen cada día que aprovecharlo para poder el día de mañana cuando ya estén en libertad hacer algo positivo.
Es verdad que la cárcel es un lugar de desconfianzas y dolor. Pero también es un lugar de lucha y de superación.
Es importante la construcción y también la receptividad que pueden tener cada uno de los reclusos, de la sociedad, pues en muchos caos lo primero que ocurre es un desengaño de la misma, de la Justicia y de las reglas de juego, no sin razón, por cierto.
También existen en prisión, que es una traslación de la sociedad, personas con un problema de psicopatía que más o menos se encuentran integrados.
Además y porque no decirlo, personas de inteligentes personas envolventes personas frías personas difíciles de cambiar (en muchos casos por lo que decíamos del desengaño de la sociedad y la sensación de injusticia)
Por supuesto por estas cuestiones psicológicas u otras de comportamiento, hay personas de difícil reinserción, pero tenemos herramientas e para poder detectarles.
Saber qué personas son más peligrosas en el futuro no quiere decir que no puedan tampoco o no necesiten de esa intervención nuestra pero salvando ese porcentaje que puede ser alrededor de un 8%.
Fuera o dentro de las prisiones el resto de la población penitenciaria es muy dispar muy diversa por supuesto pasa por procesos y ritmos también muy diferentes incluso en los delitos duros.
En la primera etapa de ingresos tenemos que cuidar y acompañar esos primeros momentos de toma de conciencia de la realidad y a veces niegan el delito y es algo que les protege a ellos mismos y bueno pues yo siempre digo cuando usted quiera que hablemos de esto aquí estaremos pero que sea él el que vaya marcando esos momentos y su ritmo.
Cada uno tenemos una parcelita de responsabilidad, en muchos casos los medios de comunicación también tienen la suya.
EL PAPEL DE LAS VÍCTIMAS EN LA REINSERCIÓN
Las víctimas también juegan su papel y hay que comprenderlas y hay que también escuchar la historia.
Se comprende, que de primeras, a la víctima no se le puede pedir un imposible, porque la reacción primaria es la de la venganza pero si se puede ir trabajando que estas personas no es cuestión de vengarse porque con eso no se consigue mucho.
Como es nuestro sistema penal y penitenciario.
Es difícil contestar pero en fin desde luego sí que sí es cierto es que tenemos bastante más presos del orden de 10.000 o 15.000 presos más por ejemplo que Francia a pesar de tener 15 millones menos de habitantes y si nosotros tenemos un problema digamos de integración de la inmigración, ellos también lo tienen y más grave que lo nuestro.
Aquí hay algo que está fallando y yo creo que en buena medida es que están fallando las leyes hay muchas conductas que quizás no debieron estar castigadas con las penas que se imponen.
LA INVERSIÓN EN NUESTRO SISTEMA PENITENCIARIO
Tendríamos que buscar invertir en funcionarios cualificados en las prisiones, motivados, bien pagados, considerados socialmente queridos y respetados. Porque es tan importante valorar el trabajo de la gente y el número suficiente para hacer tratamientos efectivos que en este momento es muy difícil con los recursos humanos que tenemos.
Por supuesto se precisa de inversión, que es sin dudad, muy rentable en términos morales absolutamente imprescindibles.
Solucionar las dificultades de hacinamiento.
Impulsar todo tipo de programas para jóvenes programas de preparación para la libertad etcétera.